¿Por qué (sigo en) Letras hispánicas?

 


Desde que estuve en secundaria mi más grande interés era leer: leer los periódicos de mi abuelo, las enciclopedias de ciencia y educación en casa y los libros de autoayuda de mi papá. Siempre me gustaron las historias (por eso soy muy chismoso). Pero me gustaba la manera en la que las personas evocaban sus sensaciones y sentimientos por situaciones que vivían y yo me preguntaba cómo es que pueden hacerme sentir estas cosas por sus narraciones. En secundaria tuve dos muy buenas profesoras de lengua española y una de ellas me animaba siempre a participar en clase y en talleres de oratoria, así como en eventos escolares.

Cuando llegué a preparatoria tuve la fortuna de tener una amistad que me recomendaba libros y platicábamos acerca de ellos. En esta etapa aprendí que la literatura es una forma de conversar con uno mismo y de conectar con las demás personas en aquella actividad tan solitaria. También en esta etapa tuve el gran apoyo de una profesora para involucrarme en convocatorias literarias, gracias a las cuales conocí más acerca de técnicas creativas de escritura.

Estaba completamente perfilado a comenzar mi carrera literaria en la licenciatura, pero mi miedo a la decepción familiar me orilló a entrar a una carrera con futuro, en finanzas. Después de tres semestres en los que gracias a la tristeza y a mis pocas ganas de seguir estudiando y con aquella vida que no quería para mí, dejé de escribir y dejé de leer: la resignación se apoderó de mí mientras mi familia era feliz por mi porvenir.

Entonces un evento en la escuela me hizo caer en crisis y decidí cambiar mi vida por completo saliéndome de la carrera y entrando a comenzar de nuevo a Letras hispánicas, como siempre había sido mi sueño y mi propia perfilación. En un inicio me pareció una carrera retadora por la cantidad de lecturas que solicitaban y los productos que debíamos entregar: escritos, ensayos, reseñas… y yo me encontraba completamente seco y sin creatividad después de tiempo sin leer ni escribir.

Pero con el paso de los semestres fui comprendiendo las coas, las dinámicas, las lecturas, los trabajos y, junto a todo eso, crecía mi cariño hacia la hispanidad y hacia todas las voces que conforman la literatura y la lingüística.

Al entrar en la carrera, pensé que sería una carrera para escribir, para desatar y desafiar la creatividad, pero no es así, al menos no del todo, ya que es una carrera más perfilada hacia la investigación y la comprensión de la propia literatura y la lengua con el fin de hacer crítica, gestión y promoción, lo cual me pareció triste en los primeros semestres pero hoy lo agradezco porque me ha cultivado y me ha ayudado a crecer en mi comprensión de la literacidad y, con ello, del mundo que me rodea.

Otra cosa que me decepcionó de la carrera fue no encontrar un programa completo de la malla curricular ofertada: pensé que sería toda una red de profesores y profesoras grande, como en otras licenciaturas, que ofertarían horarios, pero resultó en trabas para la toma de optativas y falta de oferta de materias, además de una reducida cantidad de profesores impartiendo materias.

Otra situación que nunca contemplé fue el privilegiado tiempo. Durante al menos cuatro de los cinco años de carrera me he mantenido trabajando por necesidad y me ha dejado sin tiempo para realizar mis tareas e investigaciones, sin mencionar la larga distancia para trasladarme al centro que me ha dejado en muchas ocasiones sin sueño.

Después de estos años de licenciatura tengo algunas temporadas que me asalta la idea de que cometí un error al salir de una carrera con un futuro más funcional y fructífero que esta, hasta que miro mi pasado y todas las cosas que me han encantado de la carrera: las novelas, los cuentos, los ensayos (jamás había leído ensayos) y, mi amor más grande, el teatro. Todas estas historias que provocaron, y siguen provocando, en mí las sensaciones más bellas y que me llevarán, espero, algún día frente a las aulas a compartirlas con las juventudes.

No me arrepiento del camino que elegí para mí y espero que la literatura nunca me abandone. 


Comentarios

  1. Me da gusto que te encuentres mejor. Concuerdo mucho contigo respecto a varias cosas de la carrera que uno esperaba. Gracias por compartir <3

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  2. Me pasó lo mismo, mis profesores de preparatoria de español jugaron un papel importante para escoger la licenciatura:)

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  3. Que bonito es saber que encontraste un espacio en el cual te sientes más feliz <3

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  4. Sin duda la característica que más tenemos en común la gente de letras es nuestro amor por el chisme jajaja

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  5. aw, también leía los libros de autoayuda y las enciclopedias de mi papá porque era lo que tenía en mi casa. Me alegra que al final escogieras letras y que no te arrepientas de ello c:

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  6. Qué felicidad haber coincidido contigo y que ese camino antes triste te haya llevado a lo que siempre has disfrutado a pesar de lo que el mundo dice. Me alegra mucho también que las trabas y la incertidumbre no te hayan detenido :))
    Me devolviste las ganas de seguir en esta carrera, gracias jajaja

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  7. Fabián, sé perfectamente lo que es estudiar otra carrera y sentirte fuera de lugar 😓 Pero como siempre he dicho, por más duras que sean las cosas, siempre hay algo bueno, tan siquiera un mínimo detalle. En el momento no lo vemos, pues sentimos que todo conspira en nuestra contra, pero ya después lo valoramos y lo apreciamos.
    Definitivamente, el futuro es entra y completamente incierto. No sabemos qué es lo que nos traerá, pero hay que aceptar lo que llegué.
    Te deseo todo lo mejor, en aquello que decidas hacer ❤✨

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  8. Tú sinceridad contigo mismo y la resistencia son dos atributos que posees. Estás donde perteneces y a pesar de la incertidumbre, siempre ese es el primer síntoma para hacer grandes cosas. Enhorabuena, Fabián. A por más.

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